El fraude a las aseguradoras.

El fraude nacional, año tras año ha ido aumentando casi el doble desde 2012, desde menos de un 1% al 1,75%. Cada aseguradora tiene sus problemas, en el caso de AXA, el año pasado tras unos 20.000 fraudes, lograron ahorrar un 6% más que el año anterior a ese, con unos 62,7 millones de euros, el fraude sumó casi un 10% más que en 2016.
 Hay tres tipos de fraudes: ocasional, premeditado y organizado. El primero, el ocasional, es aquel en el que sucede un siniestro y que se utiliza para añadir más daños para que su indemnización sea mejor, creció en los últimos cuatro años de un 52,1% al 55,2%, aunque el fraude suele ser inferior a 600 euros, ya que las consecuencias penales están bastante presentes. El fraude ocasional es menos grave que el premeditado o el organizado.
 El fraude predeterminado, suele ser por daños reales o ficticios, pero organizados con antelación, con costes de más de 4.000 euros.
 El fraude organizado creció un 20%, es bastante peligroso, con lo cual estos fraudes cada vez son más cautelosos, desde 2015 han bajado las indemnizaciones fraudulentas desde unos 5.500 euros a 2.500 en 2017.

Los siniestros en el comercio.

Los establecimientos de hostelería, bares, cafeterías y restaurantes, son los más propensos a sufrir siniestros, cerca de 145 millones de euros en indemnizaciones por los 230.000 siniestros que se producieron en 2012. Los siniestros más comunes en estos comercios, suelen ser por incendios, goteras, robo, cristales rotos, fallo en las instalaciones...que hacen un total de casi 400.000 siniestros al año.
El pago de indemnizaciones en los comercios hosteleros, suele ser inferior, a las de las tiendas de ropa, supermercados, estancos y tiendas de sonido, con indemnizaciones entre 30 y 40 millones de euros, cada una, entre todos los siniestros causados, una media de 3.500 euros por siniestro y en cuanto a los bares y restaurantes serían unos 600 euros por siniestro.